Pbro. Mangini: "Le pido al Señor que me siga enamorando como lo hizo hace más de 50 años"
21 DE DICIEMBRE, 2021
ADROGUE (BUENOS AIRES) (AICA)
El presbítero Miguel Mangini, de la diócesis de Lomas de Zamora, cumplió sus bodas de oro como sacerdote el sábado 18 de diciembre. La misa de acción de gracias fue presidida por monseñor Medina.
Pbro. Mangini: "Le pido al Señor que me siga enamorando como lo hizo hace más de 50 años"
El presbítero Miguel Mangini, director espiritual del seminario “De la Santa Cruz” de la diócesis de Lomas de Zamora celebró 50 años de ministerio sacerdotal. La misa de acción de gracias por el jubileo sacerdotal de oro fue celebrada el 17 de diciembre por el obispo auxiliar, monseñor Ignacio Damián Medina en la sede del seminario en Adrogué, al aire libre.
El presbítero Mangini fue ordenado el 18 de diciembre de 1971 por el entonces obispo de Lomas de Zamora, monseñor Alejandro Schell, en la capilla de la casa de ejercicios “San José”, de la localidad de José Mármol, Buenos Aires. Tras su ordenación, Mangini fue vicario parroquial de laa Inmaculada Concepción, en Monte Grande, párroco de Nuestra Señora de Fátima y de Santa María Goretti, en Temperley, y de la Inmaculada Concepción en Burzaco. Además, fue uno de los impulsores de la creación del seminario diocesano, donde primero fue moderador y luego director espiritual, tarea que desempeña hasta la actualidad.
En su homilía, monseñor Medina expresó: “El sacerdocio es un don de Dios para la Iglesia; de la Iglesia que tiene la misión de ser alma del mundo”. Y, dirigiéndose al sacerdote homenajeado, agregó: “Nosotros, padre Miguel, como Iglesia damos gracias a Dios por este don que ha querido regalarnos en tu persona y a través de tu persona. Así Dios se regaló a nosotros y a muchos a través de tu fidelidad sacerdotal, una fidelidad de oro”.
Mientras el presbítero Mangini escuchaba con la cabeza baja en señal de humildad, el obispo citó el salmo 70: "Tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre. Mi boca proclama mi alabanza y anuncia tu gloria todo el día. Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy, he narrado tus maravillas. Ahora que estoy viejo y lleno de canas, no me abandones Dios mío, hasta que anuncie las proezas de tu brazo a la generación que vendrá”.
En ese sentido, señaló que “cada etapa de la vida es bella porque regala a la Iglesia de una manera acentuada algo del corazón de Dios. Y los muchos años vividos en un amor fiel hacen más transparente la sabiduría, la serenidad y la alegría de Dios. Todo es don del Espíritu”.
Además, recordó a Mangini: "Tu ordenación sacerdotal fue un sábado 18 de diciembre, día de Nuestra Señora de la Esperanza. Por eso, la cercanía de la Navidad unida a un día mariano fue un signo del sentido y la dirección de tu larga y fecunda vida sacerdotal. Testigo de Jesucristo, nuestra esperanza desde el corazón de su Madre".
Por último, en relación con la Navidad, reafirmó: “Emmanuel sigue con nosotros en el don del sacerdocio. Nadie puede ver a Cristo, pero todos ven al sacerdote, y por medio de él quieren entrever al Señor. Qué hermosa responsabilidad está prendida en nuestros corazones humanos”.
El padre Mangini agradeció a Dios por “haber llegado a estas Bodas de Oro”, y aclaró: “Como yo entré grande al seminario, tenía 31 años, nunca pensé que iba a llegar a los 50 años de ministerio, pero como Dios tiene sus caminos que no son los nuestros, aquí estoy”.
Para terminar, concluyó: “Le pido al Señor que me siga enamorando como lo hizo hace más de 50 años”.+
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