La Iglesia en la UNLZ habló sobre el impacto del narcotráfico en el país
El obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, cerró hoy las “Terceras Jornadas sobre Narcotráfico y su impacto en la República Argentina”, que se desarrollaron en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (U.N.L.Z.).
Junto a la decana, Dra. María Fernanda Vázquez, monseñor Lugones subrayó que el tema “es un problema social que tenemos que abordarlo entre todos”.
El encuentro -que contó con la participación de expertos e intelectuales que se reunieron para “analizar posibles soluciones y generar conciencia sobre esta problemática”- fue organizado por la Casa de Altos Estudios con el auspicio de la Secretaria de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), la Asociación de Graduados de la Facultad de Derecho, la Asociación de Docentes e Investigadores de la U.N.L.Z., la Pastoral de Adicciones y la Pastoral Universitaria de la diócesis.
El obispo de Merlo-Moreno y delegado episcopal para la Pastoral de la Drogadependencia, monseñor Fernando Maletti, integró el primer panel de la jornada sobre “Cómo prevenir la drogodependencia” (ver video). El presbítero Osvaldo Mouriño, delegado diocesano de la Pastoral de Adicciones, también habló del tema junto a otros especialistas
Citando estadísticas del Barómetro de la Deuda Social que elabora la Universidad Católica Argentina, monseñor Lugones sostuvo que “la pobreza es determinante en la proliferación del narcomenudeo”: “Sin pretender una linealidad entre consumo y delincuencia, es indudable que la pobreza y la falta de inclusión empuja a miles de jóvenes y niños al narcomenudeo y el consumo”, dijo.
Y habló de “la gravedad de los índices de pobreza multifactoriales” que refiere la Organización de las Naciones Unidas sobre Educación, Salud, Vivienda, Trabajo y Protección de los niños y adolescentes. En este sentido, aseguró que “tenemos un déficit educacional en el conurbano, en nuestra educación de gestión pública y privada, donde las familias hacen colas en diciembre para poder entrar en un colegio”, y destacó “la importancia del abordaje preventivo a través del mejoramiento de las condiciones socioeconómicas y educativas de niños y jóvenes”.
Volvió a remarcar también la necesidad de un “pacto cultural”, como lo propone el papa Francisco, que “implica visibilizar la persona y su situación, pero haciéndonos cargo, porque hablamos mucho en la sociedad y en la política se habla de inclusión, pero una inclusión sin integración deja la gente afuera, y entonces seguimos sin visibilizar”.
Más conceptos del obispo sobre el tema
“En los últimos dos años, si bien se ha mejorado la disposición de recursos en el área de rehabilitación, no es acompañada por políticas coherentes y sostenidas de gobierno enfocadas a la prevención y a la promoción de conductas saludables”.
“No vemos en la actualidad discusiones sobre una ayuda integral, sino acciones individuales, donde hacemos lo que podemos, y tampoco vemos que el consumo es un problema social que excede la reducción a un problema de salud”.
“La integralidad significa que no solo tenemos que hacer un diagnóstico, sino ver qué prospectiva ofrecen distintos sectores como Educación, Salud, las pastorales”.
“El pacto cultural se logra cuando cada persona se hace cargo de visibilizar al prójimo y, especialmente, al prójimo caído”. Por eso “hay que animarnos a que el otro no pase inadvertido a mi realidad”.
“El trabajo interinstitucional es esencial; no salimos de estos problemas y esta grave crisis, especialmente en adolescentes y jóvenes, sin una tarea conjunta, sin ponermos al hombro los unos a los otros, y poniendo lo mejor que tiene cada uno”.
“Sin un compromiso interinstitucional, en el que todos pongamos el hombro, sin diferenciarnos y donde cada uno aporte lo que pueda y crea de buena voluntad pero con compromiso, y visibilizando al prójimo caído en el camino, va a ser difícil, seguiremos poniendo parches, pero no vamos a tener realmente una política de integración, especialmente con los más débiles”.
En su presentación, además, el obispo valoró la labor de la pastoral de drogadependencia a nivel nacional y diocesano, “en la certeza de la importancia de fortalecer la inclusión de niños y jóvenes en las escuelas, en el barrio, en nuestra comunidad y en el club. Es intención de la pastoral ofrecer alternativas para el área de educación e integración de chicos que no están en nada, como por ejemplo, los Cuidadores de la Casa Común”.
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