Martes 5 May 2015 | 12:13 pm
Mons. Lugones encabezó la peregrinación.
Luján (Buenos Aires) (AICA): Cientos de fieles de la diócesis de Lomas de Zamora peregrinaron el domingo 3 de mayo a la basílica de Luján, donde participaron de la misa que presidió el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ. En su homilía, el prelado llamó a vivir el lema diocesano, que es “Juntos hacia una Iglesia abierta, solidaria y misionera”.
Cientos de fieles de la diócesis de Lomas de Zamora peregrinaron el domingo 3 de mayo a la basílica de Nuestra Señora de Luján, donde participaron de la celebración eucarística que presidió el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ. En su homilía, el prelado llamó a vivir el lema diocesano, que es “Juntos hacia una Iglesia abierta, solidaria y misionera”.
Monseñor Lugones reflexionó en torno a las lecturas dominicales y explicó que la Iglesia es unidad. “Juntos formamos un cuerpo, en comunión. Hoy las lecturas nos dicen dos palabras: pertenecer y permanecer, pertenecer a la Iglesia y permanecer en Cristo”, afirmó el obispo.
El celebrante exhortó a los feligreses a ser una Iglesia abierta, que salga con la gracia del Espíritu, sabiendo que permanece unida a Jesús y llevando al Señor a los demás. Previno de caer en el individualismo. “Tengamos cuidado, porque hay gente que es ‘capillera’, ¿vieron?, que tiene la llave de la capillita y no te deja…”, comentó.
“Estemos juntos, en comunión. Tengamos un estilo solidario, que nuestras comunidades sean solidarias y se acerquen a los más pobres ya los que sufren. Hoy venimos a pedir especialmente por los que sufren”, dijo el prelado. También recordó la reciente fiesta de san José Obrero y denunció la precariedad laboral: “¿Cuánta gente tenemos desde La Salada, La Saladita y compañía con trabajo esclavo, o cuántas mujeres que trabajan como esclavas? ¡Y niños! ¿O no se murieron recientemente dos niños en un taller clandestino?”.
Monseñor Lugones también reflexionó sobre la pertenencia. Dijo que “nos permite ver que somos una Iglesia católica, de puertas abiertas y de todos, y apostólica, que se anima a salir”.
“En la Iglesia –sostuvo- no desechamos a nadie, especialmente a los mayores, a los ancianos, que con el paso del tiempo tienen que ser mejores, ¡y no estar más avinagrados! Pertenezcamos a la Iglesia, ¡no solo a la capillita! Pertenezcamos a la diócesis, que es la Iglesia particular”.
El obispo diocesano concluyó su homilía renovando el pedido de ser una Iglesia abierta hacia la misión: “Somos de la Iglesia, pertenecemos a la Iglesia y permanecemos en Jesús. Esta es la gracia que pedimos. Que vivamos esta comunión de discípulos para la misión”.+
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