Reserva Natural de Ciudad Evita: “La idea es que el foco esté puesto en los humedales y en sus servicios ecosistémicos”
Reserva Natural de Ciudad Evita: “La idea es que el foco esté puesto en los humedales y en sus servicios ecosistémicos”
Entrevista a Gabriela González Trilla, investigadora del Conicet, especialista en humedales y vecina de Ciudad Evita.
Hace apenas un mes que La Matanza tiene una reserva natural ubicada en Ciudad Evita, con árboles, plantas, un río que la atraviesa y un potencial que recién está comenzando a conocerse y a apreciarse en todo su valor.
Integrantes de la Coordinación de Comunicación e Información Pública recorrieron la zona, guiados por Gabriela González Trilla, investigadora del Conicet, especialista en humedales y vecina de Ciudad Evita. Hace años, junto con un grupo de vecinos, está intentando lograr que este lugar sea declarado área de protección ambiental, por su gran valor ecológico y su importancia para la gente que vive en el lugar.
“La idea de la reserva es que el foco de la protección esté puesto en los humedales y en sus servicios ecosistémicos. A partir de esta protección tiene que haber un plan de manejo, guardaparque y otras propuestas como plantación de plantas nativas, construcción de pasarelas y difusión de actividades”, aseguró González Trilla.
La especialista, que es también docente de la Cátedra Ecología de la Universidad de San Martín, contó el origen de una parte del bosque: “Los árboles fueron plantados por el ministro Pistarini, en la época de Perón. Él plantó casuarinas, eucaliptus, diferentes especies, muchas exóticas, porque en esa época no estaba la visión de lo autóctono. Pistarini venía a caballo a regar los árboles. No hubo una plantación posterior, se dio una sucesión natural”.
Recorrer la zona es encontrarse con árboles caídos que forman parte del ecosistema. “Los árboles se caen porque los suelos están flojos por la humedad y porque tienen raíces someras, que son muy superficiales. Dan lugar a otro tipo de especies que son las que están en el sotobosque, es la sucesión natural. El proceso de descomposición del árbol tarda unos años, es parte de los ciclos naturales”, explicó González Trilla.
Este lugar significa una mejora importante en la calidad de vida de la población que vive cerca, porque tiene un acceso cercano a un humedal con su bosque y su biodiversidad, y también es importante desde el punto de vista de la educación ambiental, ya que la intención es que en un futuro cercano sea visitado por escuelas, para que los estudiantes vivan de cerca la naturaleza.
La especialista afirmó: “Yo creo que hay mucho interés. Hace cuatro años que me incorporé a la parte más activa de impulsar la reserva, desde el ámbito académico. Desde que me sumé me sorprendió que con cada uno con los que hablé estaban encantados, estamos todos de acuerdo, los vecinos y los gobernantes. Queremos que se interese la gente de toda La Matanza”.
El proyecto de reserva se aprobó con algunas parcelas menos, pero como dos de esas parcelas tienen mas de 100 hectáreas, finalmente el área efectiva de la reserva quedó muy reducida con respecto al proyecto original. Tanto desde el poder ejecutivo como desde el legislativo de La Matanza aseguran que se trata de un error y que en la próxima sesión del Consejo Deliberante se va a arreglar. El área recorrida pertenece a la zona que aún no fue incorporada a la reserva. González Trilla sostuvo: “Hablamos con la secretaría de Medio Ambiente del Municipio de La Matanza y con uno de los concejales, Rotilio Chamorro, y nos dicen que eso se va a modificar, que se va a hacer una enmienda, yo quiero creer que fue un error, porque hay voluntad de cambiarlo. Lo importante es que se pueda subsanar, habrá que esperar a la siguiente reunión del Consejo Deliberante, que según nos dijeron sería para antes de fin de año”.
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Departamento de Prensa
Coordinación de Comunicación e Información Pública
ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo)
Esmeralda 255 Piso 2 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Tel. +54-11-50719871
Entrevista a Gabriela González Trilla, investigadora del Conicet, especialista en humedales y vecina de Ciudad Evita.
Hace apenas un mes que La Matanza tiene una reserva natural ubicada en Ciudad Evita, con árboles, plantas, un río que la atraviesa y un potencial que recién está comenzando a conocerse y a apreciarse en todo su valor.
Integrantes de la Coordinación de Comunicación e Información Pública recorrieron la zona, guiados por Gabriela González Trilla, investigadora del Conicet, especialista en humedales y vecina de Ciudad Evita. Hace años, junto con un grupo de vecinos, está intentando lograr que este lugar sea declarado área de protección ambiental, por su gran valor ecológico y su importancia para la gente que vive en el lugar.
“La idea de la reserva es que el foco de la protección esté puesto en los humedales y en sus servicios ecosistémicos. A partir de esta protección tiene que haber un plan de manejo, guardaparque y otras propuestas como plantación de plantas nativas, construcción de pasarelas y difusión de actividades”, aseguró González Trilla.
La especialista, que es también docente de la Cátedra Ecología de la Universidad de San Martín, contó el origen de una parte del bosque: “Los árboles fueron plantados por el ministro Pistarini, en la época de Perón. Él plantó casuarinas, eucaliptus, diferentes especies, muchas exóticas, porque en esa época no estaba la visión de lo autóctono. Pistarini venía a caballo a regar los árboles. No hubo una plantación posterior, se dio una sucesión natural”.
Recorrer la zona es encontrarse con árboles caídos que forman parte del ecosistema. “Los árboles se caen porque los suelos están flojos por la humedad y porque tienen raíces someras, que son muy superficiales. Dan lugar a otro tipo de especies que son las que están en el sotobosque, es la sucesión natural. El proceso de descomposición del árbol tarda unos años, es parte de los ciclos naturales”, explicó González Trilla.
Este lugar significa una mejora importante en la calidad de vida de la población que vive cerca, porque tiene un acceso cercano a un humedal con su bosque y su biodiversidad, y también es importante desde el punto de vista de la educación ambiental, ya que la intención es que en un futuro cercano sea visitado por escuelas, para que los estudiantes vivan de cerca la naturaleza.
La especialista afirmó: “Yo creo que hay mucho interés. Hace cuatro años que me incorporé a la parte más activa de impulsar la reserva, desde el ámbito académico. Desde que me sumé me sorprendió que con cada uno con los que hablé estaban encantados, estamos todos de acuerdo, los vecinos y los gobernantes. Queremos que se interese la gente de toda La Matanza”.
El proyecto de reserva se aprobó con algunas parcelas menos, pero como dos de esas parcelas tienen mas de 100 hectáreas, finalmente el área efectiva de la reserva quedó muy reducida con respecto al proyecto original. Tanto desde el poder ejecutivo como desde el legislativo de La Matanza aseguran que se trata de un error y que en la próxima sesión del Consejo Deliberante se va a arreglar. El área recorrida pertenece a la zona que aún no fue incorporada a la reserva. González Trilla sostuvo: “Hablamos con la secretaría de Medio Ambiente del Municipio de La Matanza y con uno de los concejales, Rotilio Chamorro, y nos dicen que eso se va a modificar, que se va a hacer una enmienda, yo quiero creer que fue un error, porque hay voluntad de cambiarlo. Lo importante es que se pueda subsanar, habrá que esperar a la siguiente reunión del Consejo Deliberante, que según nos dijeron sería para antes de fin de año”.
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