Monseñor Lugones invitó al desafío de un “discipulado en salida”
Lunes 14 Nov 2016 | 12:38 pm
Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA): La comunidad de Lomas de Zamora se reunió el sábado en la Asamblea del Pueblo de Dios, que tuvo lugar en el colegio San José, de Burzaco. En su mensaje de bienvenida, el obispo, monseñor Jorge Lugones SJ, llamó a “ver la realidad desde sus márgenes, desde las periferias existenciales y asociarnos, implicarnos en aliviar la carne de Cristo”.
La comunidad de Lomas de Zamora participó el sábado de la Asamblea del Pueblo de Dios, que tuvo lugar en el colegio San José, de Burzaco, con el objetivo de “seguir caminando juntos hacia una Iglesia abierta, solidaria y misionera”.
La apertura estuvo a cargo del obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, quien en sus palabras mencionó la exhortación apostólica Evangelii gaudium, que “propone la integración de las instituciones y movimientos eclesiales a la parroquia y a la diócesis”.
“Esta es una deuda pendiente, en la que muchos aún viven de la historia de sus instituciones y movimientos y no han evolucionado al toque del Espíritu que invita al desafío, al coraje de transformarse y salir de sus estructuras”, expresó.
El obispo manifestó además el deseo de que la diócesis pueda “ver la realidad desde sus márgenes, desde las periferias existenciales” e implicarse “en aliviar la carne de Cristo”. También consideró necesario “recrear la fe en su dimensión social y la esperanza en Jesucristo que desde el Evangelio se compromete y nos promete el verdadero amor de un Dios con rostro de misericordia, dispensador de vida, lleno de ternura, y en una Iglesia que vive la opción preferencial en el servicio de los empobrecidos, débiles y sufrientes”.
“Al clausurar oficialmente este Año Santo de gracia y bendición declaramos que la apertura de la Iglesia a la misericordia es infinita, magnífica y plena, que alcanza a todo aquel que abre su corazón al perdón y apela a la misericordia del Dios compasivo y misericordioso”, expresó monseñor Lugones, al coincidir la asamblea con el cierre del Año de la Misericordia.
El obispo concluyó su mensaje pidiendo “que nuestra Señora Madre y Reina de la Paz, nos guíe en esta Asamblea del Pueblo de Dios para saber encontrarnos como hermanos, por los hermanos y junto a ellos como hijas e hijos de un Padre de bondad y una Madre de misericordia, que nos anime desde la alegría del Evangelio a un discipulado en salida”. La misa fue concelebrada por los obispos auxiliares, monseñor Jorge Vázquez y monseñor Jorge Torres Carbonell, y los sacerdotes presentes.
Lunes 14 Nov 2016 | 12:38 pm
Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA): La comunidad de Lomas de Zamora se reunió el sábado en la Asamblea del Pueblo de Dios, que tuvo lugar en el colegio San José, de Burzaco. En su mensaje de bienvenida, el obispo, monseñor Jorge Lugones SJ, llamó a “ver la realidad desde sus márgenes, desde las periferias existenciales y asociarnos, implicarnos en aliviar la carne de Cristo”.
La comunidad de Lomas de Zamora participó el sábado de la Asamblea del Pueblo de Dios, que tuvo lugar en el colegio San José, de Burzaco, con el objetivo de “seguir caminando juntos hacia una Iglesia abierta, solidaria y misionera”.
La apertura estuvo a cargo del obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, quien en sus palabras mencionó la exhortación apostólica Evangelii gaudium, que “propone la integración de las instituciones y movimientos eclesiales a la parroquia y a la diócesis”.
“Esta es una deuda pendiente, en la que muchos aún viven de la historia de sus instituciones y movimientos y no han evolucionado al toque del Espíritu que invita al desafío, al coraje de transformarse y salir de sus estructuras”, expresó.
El obispo manifestó además el deseo de que la diócesis pueda “ver la realidad desde sus márgenes, desde las periferias existenciales” e implicarse “en aliviar la carne de Cristo”. También consideró necesario “recrear la fe en su dimensión social y la esperanza en Jesucristo que desde el Evangelio se compromete y nos promete el verdadero amor de un Dios con rostro de misericordia, dispensador de vida, lleno de ternura, y en una Iglesia que vive la opción preferencial en el servicio de los empobrecidos, débiles y sufrientes”.
“Al clausurar oficialmente este Año Santo de gracia y bendición declaramos que la apertura de la Iglesia a la misericordia es infinita, magnífica y plena, que alcanza a todo aquel que abre su corazón al perdón y apela a la misericordia del Dios compasivo y misericordioso”, expresó monseñor Lugones, al coincidir la asamblea con el cierre del Año de la Misericordia.
El obispo concluyó su mensaje pidiendo “que nuestra Señora Madre y Reina de la Paz, nos guíe en esta Asamblea del Pueblo de Dios para saber encontrarnos como hermanos, por los hermanos y junto a ellos como hijas e hijos de un Padre de bondad y una Madre de misericordia, que nos anime desde la alegría del Evangelio a un discipulado en salida”. La misa fue concelebrada por los obispos auxiliares, monseñor Jorge Vázquez y monseñor Jorge Torres Carbonell, y los sacerdotes presentes.
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