Proponen cultivar jardines comestibles
Es una propuesta de alumnos de la Escuela de Educación Secundaria Agraria N°1 de San Vicente que reúne ornamentales y hortalizas en un mismo espacio. Son asesorados por el INTA San Vicente mediante el Programa Prohuerta (INTA/MDNS).
AUTORES Federico Gaston GUERRA
UNIDADES E.E.A. Área Metropolitana de Buenos Aires, San Vicente (Amba), Avellaneda (Amba)
PROYECTOS Contribución al desarrollo del territorio sur del AMBA desde un enfoque agroecológico, orientado a la agricultura familiar y PyMES., Proyecto regional aportes de la agricultura urbana al desarrollo territorial.
Alumnos de la Escuela de Educación Secundaria Agraria (EESA) N°1 de San Vicente proyectan que se realicen jardines comestibles. “Es nuestro objetivo lograr que se destine una parte del jardín de las viviendas para realizar una huerta y que las hortalizas puedan convivir con las ornamentales”, explica el profesor de Ricardo Alberro. Los jóvenes son asesorados por el INTA San Vicente mediante el Programa Prohuerta (INTA / MDS).
Leonardo Davies, jefe del INTA San Vicente, remarca que “es clave que apoyemos la producción de alimentos del Área Metropolitana de Buenos Aires ya que se trata de productos que están más cercanos, más a la mano y que generan precios más accesibles ya que posibilitan que lo producido llegue a la mesa con menos costos de fletes que encarecen su valor”.
Otros puntos que los alumnos trazan con esta iniciativa son: ayudar mediante la huerta a la economía familiar, reinsertar las huertas familiares en los hogares de los vecinos de la comunidad, generar cooperativamente espacios de asesoramiento y ayuda para la construcción o mantenimiento de los emprendimientos familiares.
Alberro también destaca que el proyecto busca lograr: “Una participación comprometida con otras instituciones propiciando un trabajo en red, dictar charlas de asesoramiento y/o curso a la comunidad para que puedan construir sus huertas familiares, incentivar a los compañeros y familiares a armar su huerta familiar, ayudar mediante la huerta a equilibrar los requerimientos nutricionales de la familia e intermediar con entidades oficiales la entrega de semillas para quienes armen sus huertas”.
En suma, los futuros agrónomos quieren demostrar que pueden convivir ornamentales y hortalizas en un mismo espacio en el jardín sin detrimento de ninguno de los dos.
“La combinación de plantas ornamentales con hortalizas poseen, además de tener acciones prácticas como por ejemplo atrayentes de insectos benéficos enemigos naturales de plagas o polinizadores, combinaciones estéticas como por ejemplo las lechugas con sus distintos tonos de colores, distintas texturas (lisas rizadas)”, indica el agrónomo quien agrega que “pueden ser un fondo sobre el que destaquen otros colores como el naranja o amarillo de las caléndulas (que en los tablones de tomate, repele los gusanos del tomate) o el azul de las borrajas (las cuales también son comestibles) con un resultado estético comparable al de cualquier jardín tradicional”.
En esta tarea se busca combinar plantas aromáticas que le dan al jardín un perfume especial sumando pequeños arbustos de lavanda (de aroma y flores atractivas). Así las aromáticas sirven como repelentes naturales a plagas, como otro beneficio a su combinación.
También realizan espalderas con distintas combinaciones de calabacines coloridos o distintos tipos de arvejas porotos dependiendo de la estación del año. Las flores, sobre todo de color azul, amarillo o blanco atraen a los insectos polinizadores esenciales para conseguir buenas cosechas como ser tomates, berenjenas, calabazas o pimientos.
Para el profesor de la Escuela Agrotécnica de San Vicente la importancia del desarrollo de las huertas familiares se encuentra en la “adquisición de una dieta equilibrada, por lo cual se alienta y apoya a las familias para crear huertos para promover una nutrición más adecuada”.
Equilibrada
Los huertos que producen diversos alimentos nutritivos pueden ayudar a los estudiantes, personal escolar y las familias a unir el cultivo de alimentos y una dieta adecuada. Las prácticas de horticultura, combinadas con un buen consumo de comidas diarias, pueden ayudar a promocionar una mejor nutrición.
“Con una mirada tanto en las actividades como en el aprendizaje teórico, los huertos escolares ayudan a la nutrición y la seguridad alimentaria”, se lee en el documento con los fundamentos de Jardines Comestibles.
Esta propuesta, agregó Alberro, se presentó recientemente en la feria de ciencias y en la Facultad de Ciencias Agraria de la UNLZ donde ganó y logró una subvención para una parte del proyecto. “Los beneficiarios serán familias de bajos recursos principalmente, aunque también se incluirá a aquellas que desean mejorar su calidad de alimentación, cultivando sus propias verduras dado que muchas no poseen una alimentación equilibrada y que por razones económicas consumen pocas verduras”, afirmó el profesor.
En todas las etapas contarán con el respaldo de docentes de la EESA Nº1 de San Vicente y de la FCA UNLZ como así también con el asesoramiento del INTA San Vicente a través del Programa Prohuerta que proveerá las semillas.
Además de semillas, entre otros materiales, para lograr el producto final utilizarán speedling bandejas de germinación., sustrato speedling, madera para almácigos elevados, varilla de construcción para túneles y nylon túneles. Todo será parte del aprendizaje.
Alternativas
Como broche se realizarán jornadas consensuadas entre los intervinientes para continuar con el apoyo al desarrollo de sus producciones: “De esta manera en el caso que las familias posean sobrantes de sus producciones podrán comenzar a realizarse ventas en ferias soberanas para incorporar de esta manera recursos económicos para solventar otro tipo de gastos”, sumó Alberro.
“Es muy importante que las familias puedan organizase para lograr alternativas, y obtener mejoras mediante capacitaciones que les permita un óptimo manejo de su producción mediante el cultivo de estos jardines comestibles”, dijo Davies quien agregó la importancia que los propios alumnos puedan, luego, brindar “capacitaciones tanto a las familias como a facilitadores quienes ayudarán a distribuir este conocimiento en otros ámbitos”.
Participan de este proyecto los alumnos Ariana Melchor, Bárbara Ortiz, Ayelén Adams y Lucas Olivera. Alberro, además, agradeció el acompañamiento de la directora de la EESA N°1, Silvia Amarillo; jefa de área vegeta Adriana Gallardo; Decano de la FCA UNLZ, Carlos Rossi; Vicedecano de la FCA UNLZ, Javier Vazquez; secretario de Extensión de la FCA UNLZ, Ernesto Benavidez; director del INTA AMBA, Gustavo Tito; ODL INTA Lomas de Zamora (desde el área de comunicación); a los docentes de EESA N°1, compañeros de 1° y 5° Año (Materia Oleaginosas) y a la familias.
Para más información: EEA AMBA - Comunicación
eeaamba@inta.gob.ar
REFERENCIAS
Localización geográfica: Argentina Buenos Aires San Vicente
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