Mons. Lugones ordenó dos sacerdotes para Lomas de Zamora
14 DE DICIEMBRE, 2020
LOMAS DE ZAMORA (BUENOS AIRES) (AICA)
En la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, ordenó sacerdotes a Ignacio Espinosa y Gustavo Oubiña.
Mons. Lugones ordenó dos sacerdotes para Lomas de Zamora
El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió el 12 de diciembre, la misa de la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, en la que ordenó sacerdotes a los diáconos Ignacio Espinosa y Gustavo Oubiña.
La celebración tuvo lugar en el parque de la casa de las Hijas de San José, en Burzaco, y fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Ignacio Medina; el obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez; el vicario general de la diócesis, presbítero Hugo Barrios; el rector del seminario De la Santa Cruz, presbítero Daniel Bossio; y otros sacerdotes presentes.
En su homilía, el obispo se dirigió a los nuevos presbíteros diciendo: “Al celebrar el misterio de la muerte y resurrección del Señor en la Eucaristía procuren morir a sí mismos renovándose en su amor cada día, para que la fragancia espiritual de sus vidas sea motivo de alegría para todos".
Tomando algunos momentos de la plegaria de ordenación, aconsejó: “No se cansen de predicar, pero no cansen al predicar. Que la alegría del Evangelio los impulse más allá de sus propios cálculos, como el sembrador que sabe de paciencia y de espera... pero siempre con la confianza y la fuerza transformadora del Espíritu de Jesús”.
“Sean misericordiosos, ustedes fueron tantas veces reconciliados, traten con misericordia al que pida confesarse, reciban con amabilidad, no verborreen, sepan escuchar, no somos los dueños del perdón, recuerden que Dios no se cansa de perdonar”.
“Dios es ‘autor de la dignidad humana y dispensador de todo don y gracia’, pero ustedes son los que en su nombre levantarán sus manos implorando el don sacramental de Dios, incubando el místico poder de la gracia santificante. Además, ¡No se cansen de bendecir!”.
“El ungüento que hoy goteará de sus manos les recuerde que hay que embadurnarse con los sufrimientos y las injusticias del mundo, pero sabiendo que no es fácil trabajar por la fraternidad universal, para que cada persona se sienta hermana o hermano legítimo con pleno derecho a sentarse a la mesa común; ‘los más pequeños, los más débiles, los más pobres deben enternecernos: tienen derecho de llenarnos el alma y el corazón. Sí, ellos son nuestros hermanos y como tales tenemos que amarlos y tratarlos… Por ello, si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi vida’”, aseguró, citando la Fratelli Tutti.
“La Iglesia les pide orar y ofrecer por el pueblo. Recuerden que el fiel pastor como dice el himno es ‘el que ora mucho por su pueblo’”. Finalmente expresó: “No dejen de escuchar el cuitado de María: ‘Oye hijo mío, el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No estás por ventura en mi regazo?’. Nunca corten el cordón umbilical con esta madre, ella es y será siempre la mediadora de todas las gracias, ella los pondrá siempre con Jesús Buen Pastor”.
“Alégrense porque no hay nada imposible para Dios” (Lucas 1,26-38) y “¿Me amas? Señor, tú lo sabes todo, sabes que te quiero. Apacienta mis ovejas” (Juan 21,17) fueron los lemas de ordenación elegidos, respectivamente, por Ignacio y Gustavo.+
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