Corpus Christi: adoró la diócesis de Lomas de Zamora al Señor presente en la Eucaristía
Luego de tres años, la diócesis de Lomas de Zamora volvió a reunirse para celebrar la solemnidad de Corpus Christi: el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, presidió esta tarde la misa y la tradicional procesión con el Santísimo Sacramento.
La fiesta de la Iglesia diocesana se desarrolló en el Estadio Polideportivo del Parque Municipal de Lomas, donde la misa fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Ignacio Medina; el vicario general de la diócesis, presbítero Hugo Barrios; y los sacerdotes presentes.
Misa completa
En su homilía ante los fieles y comunidades de San Vicente, Presidente Perón, Almirante Brown, Ezeiza, Esteban Echeverría y Lomas de Zamora, el obispo señaló que “cuando la comunidad celebra la Eucaristía, comparte su fe, esta fe que es un creer que el Señor nos puede transformar en verdaderos hermanos, capaces de caminar juntos”.
Monseñor Lugones, además, manifestó: “La voluntad de Dios es que todos puedan partir su pan con dignidad y que es posible que alcance para todos. Porque cuando el pan se acumula en pocas manos, cuando nos encerramos en la ambición y la comodidad, cuando nos dejamos encerrar por el egoísmo, o la actitud soberbia de ´salvarme yo solo´, el afán de amarrocar, o el mero hecho de no importarme que otro prójimo pase necesidad, entonces no parece cumplirse la voluntad de Dios en nuestra tierra”.
“Ante el escándalo de la pobreza y la exclusión social, cuando hay notorias indiferencias sociales, no se trata sólo de una política deficiente o de un problema económico, se trata también de una falta de capacidad para amar, de hacerse cargo del pobre y del sufriente, del descartado y del frágil, es un problema de amor que me cierra a la magnífica ocasión de compartir y hacer que otros tengan una vida más digna y más justa”, agregó.
Así, toda la Iglesia diocesana -(61) parroquias, capillas, movimientos, instituciones laicas, pastorales, congregaciones religiosas y colegios, entre otros- se dio cita para la celebración-adoración del Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad del Señor. Por eso, al término de la misa se hizo la tradicional procesión con el Santísimo Sacramento en el mismo predio del polideportivo.
Fue la primera vez en tres años -dos por la pandemia- para que la Iglesia diocesana se encuentre nuevamente para renovar su fe y devoción en el Señor presente en la Eucaristía.
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