El Domingo 19 de julio a las 19:30 Melisa Tuffner, estudiante de Psicología de tan sólo 22 años, fue salvajemente atacada cerca de la estación de Glew, en Ascassubi y Gutierrez, cuando se dirigía al Centro Cultural Gringo Viejo, donde practicaba acrobacia en tela y se dirigía a colaborar con la venta de entradas de un evento y luego al estadio de Temperley donde jugaba el equipo de sus amores, dónde nunca llegó. La encontraron los vecinos, en estado consciente, quienes llamaron a la policía, que tardó “entre 40 y 50 minutos en venir”. La policía la llevó a la UPA de Longchamps, donde le preguntaron a Melisa si había tomado alcohol. Apenas un movimiento de cabeza fue suficiente para que interpreten que se encontraba en coma alcohólico y que los golpes habían sido consecuencia de ello, sin advertir que se encontraba con una herida de arma cortante en la cabeza. En la UPA le cosieron la herida en la cabeza (que “suponían” de una caída producto del alcohol) con 5 puntos y luego fue derivada al Hospital Sirio Libanés, donde ingresó en estado de coma. Recién aquí los médicos señalan que Melisa había sufrido un ataque con arma blanca en la cabeza, a pesar que la carátula policial indicaba “coma alcohólico”. Según los médicos del Sirio Libanés, Melisa no había ingerido alcohol. Finalmente sufrió muerte cerebral y falleció en la madrugada del miércoles 22 de Julio. Su familia decidió donar sus órganos.
Junto a Melisa, son ya decenas los femicidios que han ocurrido sólo en el municipio de Almirante Brown en los últimos años, como también la larga lista de mujeres desaparecidas. El Estado no se hace cargo de salvaguardar nuestras vidas. Necesitamos que el #NiUnaMenos se haga una realidad permanente y para ello debemos organizarnos de manera independiente del Estado, cómplice de la violencia contra la mujer.
CONTACTO: Antonela 15 2328 9394
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