Mons. García Cuerva: “Quiero aprender de ustedes y caminar con ustedes”
Como parte de los ritos de la ordenación episcopal, y previo a la celebración eucarística, el nuevo obispo auxiliar de la diócesis, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, hizo ayer la profesión de fe y el juramento de fidelidad ante el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ.
La ceremonia -que contó con la presencia del secretario de la Nunciatura Apostólica, monseñor Vincenzo Turturro- se desarrolló en la casa parroquial de la catedral Nuestra Señora de la Paz; ante varios obispos que concelebraron la misa y familiares de monseñor García Cuerva, el canciller de la diócesis, presbítero Héctor Laffeuillade, suscribió todas las firmas.
Profesión de fe y juramento de fidelidad
Ya en la misa, monseñor García Cuerva agradeció “a la diócesis de Lomas de Zamora que me recibe, a sus pastores, los `dos Jorges´; acá llega otro Jorge que quiere aprender de ustedes y caminar con ustedes el conurbano profundo con sus diversas realidades y desafíos; a su clero con el que nos iremos conociendo de a poco; y a sus comunidades, a todas sus parroquias, capillas, equipos diocesanos, hasta las barriadas más alejadas y periféricas; sé que allí está Jesús y quiero ir a su encuentro”.
En la celebración donde fue consagrado obispo, dijo además que “quiero ser un pastor sumergido en el rebaño, caminando delante, en medio, y especialmente detrás, confiando en el olfato de las ovejas; un samaritano cuyo corazón se desgarre como el vientre de una madre ante el dolor de los que sufren, un samaritano que no da vuelta la cara, que esté cerca, que sea encontrable, que llore con los que lloren, que celebre y haga fiesta con el pueblo de Dios que sabe reír y bailar más allá de las dificultades de la vida”.
“Testigo de la vida en medio de la muerte hoy en el conurbano bonaerense, en sus comunidades y barrios, en las periferias existenciales, acompañando el caminar y la lucha de tantos que sufren el flagelo de la droga, el drama de la falta de trabajo y de vivienda, la cárcel, la enfermedad, la soledad, la más profunda angustia existencial”, agregó.
“Que el Señor me conceda ser pastor, amigo, hermano, de este pueblo de la diócesis de Lomas de Zamora; que como dice Francisco en la exhortación Evangelii Gaudium, la vida se me complique maravillosamente, y viva la intensa experiencia de ser pueblo”, finalizó.
Hoy por la mañana, monseñor Garcia Cuerva presidió una misa en la parroquia Nuestra Señora de Luján (Longchamps)
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